Para millones de jóvenes votantes, la victoria del presidente electo Barack Obama fue un toque de clarín para dejar a un lado el cinismo y la indiferencia que había definido a las Generaciones X y Y y ayudar a cambiar el curso de la nación.
Su respuesta fue un resonante: “¡Sí podemos!”
Durante la larga campaña, una coalición multiétnica de millones de jóvenes votantes expertos en tecnología, con iPhone en mano y colegas en Facebook, usaron todas las herramientas para convencer a sus amistades, a extraños, e incluso a sus padres de que votaran por Obama.
Durante los próximos días, miles de estos jóvenes votantes llenarán los ómnibus rumbo a Washington, se hacinarán en automóviles y dormirán en el piso de la sala de amigos, parientes y personas que han conocido a través de internet en redes sociales, con tal de tener la oportunidad de ser testigos de la toma de posesión de Obama.
Este momento –su momento– pertenece a la juventud, y ellos planean sujetar firmemente la antorcha que se les ha pasado.
Orgullo generacional
‘’Mi generación sirvió de transición entre las viejas maneras de pensar y un período más progresista’’, dijo James Baker, de 21 años, estudiante de primer año de Ciencias Políticas en la Universidad de California, Davis.
“Estas elecciones demostraron que los jóvenes, si se decidían a votar, podían tener un enorme impacto. Eso es algo por lo que la gente nunca dio crédito alguno a mi generación’’.
Según los sondeos a la salida de los colegios electorales, aproximadamente el 68 por ciento de los electores entre los 18 y los 30 años votaron por Obama.
El paisaje político, no obstante, está cargado de candidatos fracasados que habían contado con que el voto de los jóvenes los llevaría a la victoria, afirmó John McNulty, profesor adjunto de Ciencias Políticas en la Universidad Estatal de Nueva York, Binghamton.
“Esto tiende a ser una presunción especial del lado demócrata”, dijo McNulty. “Howard Dean, Bill Bradley, Jerry Brown, Jesse Jackson, Gary Hart, Ted Kennedy, George McGovern, Eugene McCarthy –todos estos candidatos, en mayor o menor grado, esperaban que el activismo universitario y el voto de la juventud los impulsaría a ganar las primarias presidenciales demócratas. Ninguno de ellos lo consiguió’.
Sin embargo, la perspectiva con miras al futuro de Obama, no contaminada por la obsesión de la generación de los baby boomers con las luchas culturales de la década de 1960, halló eco entre los votantes jóvenes.
‘’Quizás debido a que Obama pertenece a una generación demasiado joven para haber estado inmersa en el caldero de brujas de Vietnam y Watergate, él puede ver a los votantes jóvenes con ojos más claros’’, opinó McNulty.
Para la generación que alcanzó la mayoría de edad durante la próspera década de 1990, la presente crisis económica nacional fue un duro llamado a la realidad, dijo Larry Berman, profesor de Ciencias Políticas de Baker en Universidad de Californai en Davis. Muchos votantes jóvenes entrarán al mercado laboral en un momento en que los empleos son escasos.
En Obama los jóvenes ven a un agente del cambio, alguien que podría ayudarlos a alcanzar sus esperanzas y aspiraciones, afirmó Berman.
‘’En mis 33 años de enseñanza en la Universidad de California, nunca he visto a estudiantes más motivados o más informados que los que participaron en estas elecciones.
Compárelo a las elecciones del 2000 con Al Gore, en las que no hubo un sentimiento de identificación real o motivación alguna. Esta vez lo que uno notaba era el entusiasmo’’, dijo Berman.
Poder de decisión
Mientras los menores de 30 años se regodean en su recién descubierto poder electoral, se enfrentan a una nación desgarrada por problemas económicos y una insatisfacción general por sus líderes empresariales, políticos y de los medios de comunicación, y se preguntan: ¿qué va a pasar ahora?
El equipo de transición de Obama ha trabajado para mantener a los jóvenes participando en el proceso usando las mismas redes sociales que ayudaron a inspirar el activismo en masa. ‘’Hemos creado una energía de activismo y participación de base sin precedentes a favor de Obama.
Si uno recuerda a muchos de los superdelegados que dieron su apoyo a Obama en un principio, ellos citaron a menudo a sus hijos como la razón del mismo’’, dijo Matthew Segal, director ejecutivo de la Asociación Estudiantil para la Motivación de los Votantes, una organización nacional sin ánimo de lucro fundada y administrada por los mismos estudiantes.
“Ahora estamos listos para participar con regularidad en el proceso político… Los votantes jóvenes serán líderes a favor de mejorías en la educación, el ambiente y la salud’’.
Para Whitney Wildman, de 20 años, estudiante de primer año en la Universidad del Sagrado Corazón, el llamado de Obama por un mayor servicio afectó profundamente la manera en que ella concibe su papel en la sociedad. Durante las elecciones, ella decidió a estudiar conjuntamente Historia y Ciencias Políticas, y ahora tiene planes de hacerse abogada de política pública.
Mientras viaja a Washington como parte de una caravana de ómnibus de estudiantes, Wildman dijo que reflexionará sobre este momento histórico y la minúscula parte que le ha tocado en él.
“Estar aquí en este momento es impresionante”.
EMOCIONES:
Los estudiantes de Alabama A&M, una universidad predominantemente de estudiantes negros en Huntsville, Alabama, siguieron de cerca la candidatura de Obama y tienen la esperanza de que su presidencia anuncie una nueva era de oportunidades para su generación.
Durante el ciclo de las elecciones, ellos discutieron las posibilidades de Obama con sus profesores (muchos de los cuales vivían en el Sur durante el movimiento de derechos civiles de las turbulentas décadas de 1950 y 1960), celebraron fiestas para ver los debates, y lloraron cuando él ganó.
‘’Era un ambiente tan motivado. Me dio escalofríos. La gente lloraba. Uno de mis amigos gritaba y lloraba”, dijo un estudiante.